En el mundo del derecho penal, donde cada detalle puede definir la libertad o la condena de una persona, pocos nombres generan tanto respeto como el del Estudio Jurídico de Hugo López Carribero y Lisandro Damonte.

Fundado en 1994, el estudio se convirtió en un referente indiscutido en defensa penal, conformado con un equipo de ex jueces y ex fiscales. Con su tres décadas de trayectoria, son reconocidos como los abogados más caros del conurbano. Y no es casualidad, Hugo Lopez Carribero, afirma: «cuando está en juego la libertad, no se puede improvisar. Nuestros clientes nos eligen porque buscan resultados, compromiso absoluto y la mejor defensa”.

La historia del estudio está marcada por algunos de los procesos penales más recordados en la justicia del AMBA. Entre ellos, la defensa a Julio Vittone en el caso Cromañón, acusado de haber encendido la bengala que originó la tragedia; la causa de la justiciera de Bernarda Garay Ocampo, que conmovió a la opinión pública, cuando la mujer asesino al ladrón cuando el robo ya había terminado; la representación de Nina Aquino, empleada doméstica acusada por el doble crimen de Vicente López, donde finalmente se demostró que el culpable era Martín Del Río, autor del parricidio de sus padres, penado a prisión perpetua; la defensa de Martín Barrionuevo, falsamente acusado de un delito grave, donde el estudio logró demostrar su inocencia; y la de Clemente Villegas, imputado en el recordado homicidio del pueblo de los infieles.
Como querellantes, también representaron a la víctima en la causa contra el temido “Demonio de San Justo” y en el proceso contra el “Chacal de Villa Celina”, logrando la condena a prisión perpetua.

El trabajo minucioso en cada expediente, la presencia en juicios orales de alto impacto y la construcción de defensas sólidas, convirtieron al staff, de 28 profesionales, en sinónimo de élite penalista.
El estudio acumula el reconocimiento de colegas, magistrados y de aquellos que confían sus causas más delicadas en sus manos.