Se acerca el fin de año, un año caótico todos estamos cansados ¿pero… cansados de que?
De un momento a otro estamos a días de levantar las copas. Quien iba a pensar que iba a llegar diciembre e íbamos a estar aún usando barbijo, todos creíamos que esto era pasajero. Si algo es obvio es que para todos estas fiestas  van a ser diferente. Todos los años uno hace balance de lo que paso y en este caso la balanza pesa y mucho. ¿Que es lo bueno que se sacó de esto? Muchos dicen de todo lo malo hay algo bueno… ¿pero en este caso se aplica la  frase?
Despertar , abrir los ojos, encontrarse con el otro, comenzar a vivir otra vez.
A lo largo de este año fuera de lo común aparecieron muchas cosas que nos cambiaron, que nos hicieron crecer o modificar todo lo que era cotidiano. De un momento a otro estábamos comenzando el principio de una era llena de tragedia para muchos y reinvendicacion para otros. Creo que con la pandemia muchos aprendieron a valorar, a encontrar y encontrarse, algo que muchos creían perdido. Conocimos cosas nuevas, aprendimos. Nos reímos, lloramos y nos consolarnos, como si se tratara de un círculo vicioso.
El cual creemos que no tiene solución, pero si la hay.
Muchos aprendieron a ser felices, una de las cosas que más veo es el amor propio de la gente, algo que no se veía hace años. Con el virus no solo hubo una mutación en lo tecnológico sino que modificó la vida en si.
Este 2020 estuvo lleno de vulnerabilidad, que nos llevaba a dos extremos al miedo u al enojo. Más de uno se vio incrédulo hasta que le llegó, otros por su parte entendieron la libertad que se fue dando como libertinaje. La falsa idea de que esto ya no existe, de algo estoy segura y que esto existe y no solo eso sino que va a repercutir en nuestras vidas durante muchos.
¿Que aprendimos del 2020? Creo sin duda que esta 2020 es un año para recordar aunque muchos quieran hacer el gran salto de 2019 a 2021 y eliminar este año de la historia que tanto nos marcó. Suprimir el daño ocasionado.